Google us: "psicotrampas"

Animación se dice GHIBLI


GHIBLI, la palabra que acompaña la curiosa figura del gato/oso/conejo llamado Totoro (que en realidad es un troll), da nombre al estudio de animación más prestigiado de Japón y del mundo. En 1985 Hayao Miyasaki junto al director Isao Takahata (con el que Miyasaki había trabajado en Toei Animation durante muchos años) y Toshio Suzuki fundaron este estudio cuando decidieron que era momento de trabajar en sus propios largometrajes animados, Ghibli representó la oportunidad de sustituir un currículo principalmente basado en manga y anime, por un mundo fantastico, a momentos triste pero siempre excepcional y deslumbrante.
Hayao Miyasaki
Fundador de Studio Ghibli
Las obsesiones de Hayao Miyasaki son muchas y sus orígenes variados; en sus cintas, las mujeres son fuertes y valientes (un guiño a su madre que, amante de los libros, siempre se reveló ante las convenciones sociales), los personajes vuelan (su padre y su tio eran dueños de una compañía de aviación donde solía pasar sus tardes de infancia) y todo está lleno de vida.
Y es justo en el centro del imaginario de Miyasaki -que muchos asociamos como sinónimo de Ghibli- donde se encuentra esta vida... donde se encuentra el kami o shin, un concepto derivado del Shinto -una religión indígena de Japón- que refiere a una "esencia vital" capaz de adquirir una forma humanoide o animal, y en otras sólo una imagen abstracta.

Es importante detenerse en este concepto porque, prácticamente, el kami invade cada rincón de los filmes de Ghibli, es explícito y lo podemos ver tanto en formas básicas, como en las pelusas vivientes de Mi vecino Totoro (cuando la familia se muda a una vieja casa rural y aparecen miles de bolitas negras), o en El viaje de Chihiro, con la aparición de unos pequeños seres llamados Susuwatari (conejos de pelusa) o en manifestaciones más complejas: el príncipe espantapájaros parlante de El castillo vagabundo o el cerdo piloto de Porco Rosso.

Una característica del estudio Ghibli es que trabaja de manera tradicional (Miyasaki es famoso por su método peculiar de animar agua y fluidos): los cuadros se hacen a mano, y aunque se han integrado nuevas tecnologías como la CGI, una regla inquebrantable dicta que sólo el 10% de las imágenes -por película- pueden ser generadas con este tipo de tecnologías. La animación -entiéndase como técnica o género- no sólo da movimiento a lo estático, sino que efectivamente le da vida, evidenciando la presencia del kami en todos los detalles. Aunque las cintas de Ghibli preservan las técnicas artesanales, ello no significa que el trabajo del estudio se oponga a otro tipo de recursos; tomemos como ejemplo la narrativa de sus películas, que para nada es de corte tradicional.

En el universo animado de Ghibli no hay villanos convencionales, cada figura está cuidadosamente matizada: la mujer que produce hierro y corta árboles en La princesa Mononoke, de igual forma cuida leprosos; el padre de Ponyo muestra amor incondicional por su hija, pero el mejor ejemplo posible es Mi vecino Totoro, que carece de cualquier tipo de figura antagónica.

También cabe mencionar que en esta última, "no pasa nada" en el sentido estricto; las películas firmadas por la robusta figura de Totoro pocas veces obedecen las reglas "normales" de la narrativa. El juego con los tiempos -mucho más lento que el enloquecido ritmo al que nos tiene acostumbrados Hollywood y su cine para niños-, rompe con el carácter lineal de la historia, de manera que las emociones y los lazos con los personajes se construyen de manera distinta. Además, aquí hay pausas, respiros y momentos para contemplar la belleza del kami.

La influencia de Ghibli no sólo es notoria, sino también agradecida: John Lasseter, amo y señor de Pixar, ha dicho en numerosas ocasiones que el trabajo del genio japonés lo ha influenciado más que el de ningún otro. Amigo de Miyasaki, Lasseter se ha convertido en un campeón de cada filme Ghibli (cuyo distribuidor en occidente es Disney) ya que siempre busca dar a conocer cada película a otros mercados.

Pero la relación entre estos dos estudios -Pixar y Ghibli- va mucho más allá de la amistad que sus dos líderes puedan tener, pues no es ningún secreto que Up le debe mucho a El castillo vagabundo, o que cuando Pixar se ve en dificultades para imprimirle kami a alguna escena, siempre recurre a las animaciones tradicionales que sólo Ghibli puede hacer en busca de inspiración. Pero todo esto sólo son curiosidades que no alcanzan a dibujar la influencia que estas cintas y sus personajes han tenido, no sólo en el cine, sino en cada par de ojos que se ha posado sobre ellas. Las heroínas de Ghibli son algo formidable, no sólo evocan humanidad, sino que la redefinen bajo términos que habrían de ser universales, y así podríamos ponerles epítetos: Chihiro "la valiente", Sophie "la sabia", Hamu "la tímida", Kiki "la poderosa", Sheeta "la sobreviviente", San "la guerrera", Setsuko "la inocente", Mei "la imaginativa", Arrietty "la grande, Rikako "la bella"...
GHIBLI characters = fan art
La belleza de los cuadros en cada una de las cintas de Ghibli subraya el kami en cada ola, en cada piedra, en cada pedazo de madera, carbón o ladrillo.  La simple belleza que el estudio ha construido, resulta ser suficiente para ir a dormir tranquilos, sabiendo que vivimos en un mundo donde Ghibli existe.

film: "La Tumba de las Luciérnagas"

film: "Ponyo en el Acantilado"

film: "El Castillo en el Cielo"

film: "Mi vecino Totoro"

film: "La Princesa Mononoke"

film: "El viaje de Chihiro"
(C) / extraido de "Marvin #99" , escrito por Jimena Gómez /


(cc) PSICOTRAMPAS

No hay comentarios:

Publicar un comentario